Antecedentes y diagnóstico de la calidad de la educación científica

La educación científica, como herramienta para adquirir conocimiento es un derecho humano básic o[1]. Está demostrado que las personas que más conocimientos poseen son más curiosas y más propensas a generar sus propias preguntas y metodologías para buscar respuesta [2,3]

Tomando esto en consideración, las metodologías chilenas de educación científica no siguen esta evidencia; los actuales programas educativos se basan en la memorización más que en el desarrollo inherente de la curiosidad y búsqueda de respuestas, de hech o en cuanto a la enseñanza de las ciencias se puede constatar que aún existe el problema de que muchas clases de ciencias son de modo tradicional y no se desarrollan habilidades de indagación científica [4] .

Según Cofré et al, 2010, “todos estos cambios en la formación de los profesores de ciencia deben ir de la mano de cambios en el currículo nacional de ciencias, el cual necesita menos énfasis en los contenidos y más énfasis en las habilidades de indagación (el ajuste curricular actualmente en desarrollo es un avance hacia esa línea, pero no suficiente) y en las condiciones en que los profesores hoy en día realizan sus prácticas de enseñanza de las ciencias (menos horas frente al curso, más horas para reflexionar y planificar oportunidades de enseñanza y aprendizaje)” (p. 291)  

Al respecto, un estudio realizado sobre estudiantes de educación media, mostró que un 40% de los estudiantes creen que las materias científicas son difíciles o aburridas, en tanto que el 57,2% creen que podrían entender temáticas científicas si éstas fueran bien explicadas Además, en promedio, sólo el 41,5% de los estudiantes que ingresaron a la educación superior entre 2000 y 2010 escogió una carrera científica, fenómeno que se puede interpretar como resultado de que las carreras científicas tienen un arancel más elevado, mayores niveles de deserción que las carreras no relacionadas con la ciencia, junto a otros factores como la imagen de bajas pretensiones de sueldo y temor al reducido campo labora, incluso cuando contrario a ello, en 2016 se abrieron cupos de trabajo para unos 20.000 especialistas en tecnología 6 .

Como resultado de esto, se tiene que en la actualidad el 51,3% de la población chilena manifiesta tener un nivel bajo o muy bajo de educación científica mientras sólo el 7,3% percibe tener un nivel alto o muy alto. Además, existe una contradicción en la percepción de los beneficios y riesgos de la actividad científica, pues el 70,8% de la población cree que la CyT traerá muchos o bastantes riesgos, a la vez que el 84,9% cree que traerá muchos o bastantes beneficios [5] .

En suma con lo anterior, el porcentaje del PIB chileno destinado a la investigación científica corresponde al 0,35% en el año 2018, porcentaje que ha estado variando entre el 0,34% y el 0,38% en los últimos 8 años, sin presentar mayores incrementos. Este porcentaje dista bastante de lo que en promedio invierten el resto de los países, o sea, 2,23% según lo informado por el Banco Mundia [7, 8] .


Problemas

Respecto a lo descrito con anterioridad, consideramos que estos son los principales problemas identificados en cuanto a la educación científica en Chile

  1. Existe una baja valoración de los jóvenes hacia el ámbito científico, esto debido principalmente a que el actual modelo educativo no logra incentivarlos lo suficiente desde temprana edad para percibir las ciencias de forma lúdica y accesible 5 .

  2. Si bien la valoración es baja, existe alto interés de los estudiantes por conocer cómo funciona el mundo, cómo se describe mediante la ciencia, y una alta valoración de los profesionales relacionados al área 

  3. Las herramientas aplicadas en nuestro actual modelo educativo, no han sido capaces de adaptarse a las necesidades pedagógicas del siglo XXI. Muchos autores postulan que se está viviendo un cambio generacional y cultural a nivel educacional, el cual requiere urgentemente la actualización de las metodologías educativas propias del siglo XX, pues éstas no se condicen con la realidad del siglo XXI globalizado, interconectado y en constante cambio   

Hipótesis

  • No se está atendiendo de forma eficiente a los jóvenes, en consideración a las distintas formas de aprendizaje que estos pueden poseer (auditiva, visual, kinésica) [9]

  • En relación al punto anterior, el modelo educativo actual limita la forma en que el estudiante adquiere el conocimiento y no está haciendo uso de las múltiples herramientas educativas que actualmente son más accesibles que en épocas anteriores (reorientación y potenciamiento de actividades experienciales en laboratorios, talleres, intervenciones, herramientas TIC, y otros al momento de apoyar la labor docente) [10] La estructuración curricular horaria adolece de un sentido científico práctico y concreto. Pareciera ser que la jornada escolar completa no está cumpliendo con algunas necesidades educativas actuales como los espacios de motivación y exploración científica, y a la vez se le da demasiada importancia a la preparación de evaluaciones estandarizadas como el SIMCE y PSU [11]

  • Se identifica una excesiva carga de trabajo en el profesional docente, que además de dirigir la experiencia educativa, debe cumplir con una serie de responsabilidades administrativas que cohartan la dedicación y profundización de entrega de conocimientos en lo teórico y práctico. Esto se ha intentado subsanar mediante actividades extraprogramáticas (como talleres, capacitaciones y otros), pero representa un aporte limitado y a un público muy reducido (al ser estas opcionales), y al impartirse fuera de horario de clases (incluso en vacaciones) se desaprovecha el impacto de éstas en la percepción de los jóvenes sobre la ciencia y su vinculación con la vida real 

Por otro lado, creemos que existe un apoyo deficiente al desarrollo científico formal e informal en etapas de pregrado, que impactan en la labor del profesional de postgrado a nivel de investigación, desarrollo y promoción de las ciencias.

Este aspecto hace hincapié a la baja participación de estudiantes de pregrado en actividades de investigación científica e iniciativas de ciencias aplicadas con vinculación al público general, así como poca exposición y divulgación de estos trabajos.

Causas

Creemos que esto se puede deber a tres factores: